jueves, 12 de mayo de 2011
Palabra
El señor de la cabaña iba todos los días al bar. Nunca dijo palabra. Cuando se jubiló comenzó a conversar con Azuma, el dueño de This is y le contó que era un músico aficionado.
Como ya estaba cansado de vivir en la ciudad construyó una cabaña en las afueras de Kushiro y le sumó una para hospedar a los músicos que visitaran la ciudad. Entonces le propuso al dueño del bar brindar su casa a los viajeros, a los músicos viajeros.
Desde que llegamos a la cabaña nos han tratado de maravilla. La señora es una dulzura, toca un instrumento finlandés increíble, cocina como abuelita y es partera jubilada. El señor tiene muy buen humor, quiere agasajar y brindarlo todo. Es un verdadero fanático de la música y coleccionista de instrumentos.
Estas personas me emocionan completamente. Tienen un don especial. Ella me habla y me mira (sabiendo que no entiendo japonés) con voz de madre, es una abuelita en la cabaña, en la cabaña de Kushiro.
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Que bueno Flor! Estamos viajando un poco nosotros también! Abrazo grande (con voz grave como diría Gaspar)
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