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domingo, 18 de diciembre de 2011

Oídos

Los 4 oídos que tengo en el cuerpo muestran a mi mente y alma sonidos y sensaciones totalmente nuevas. No importa que sea una música conocida, la sorpresa aparece.
Posiblemente sea la apertura de y a las sensaciones que experimentan todas las mujeres que están generando vida. Y yo, así estoy, con niño que crece dentro de mí.
Mi vida será otra a partir de esto: atravesé un embarazo y esa ruta es un abismo increíble de amor y luz.
Me levanté pensando en las canciones. A veces no nos damos cuenta cuanto amamos una melodía, una letra, un acorde.
Hoy domingo estoy en casa, miro el cielo por la ventana y escucho “Umbral” de L.A.Spinetta. Me permito llorar. Esta obra ha sido una gran compañía casi toda mi vida. Me lleva al mas allá esta canción.
Spinetta ha marcado el camino y está presente en cada uno, en cada sonido. Es una luz que ingresa en nuestros cuerpos y se detiene allí dentro para construir un mundo nuevo, un lugar dentro del corazón.
Llevé a mi bebé a escuchar la más variada música en estos casi 6 meses juntos. Quiero para él una vida cercana a la sensibilidad.
Pasamos por todos los géneros: La gran Nelly Omar y sus 100 años, la presentación del nuevo disco de Pez. Un concierto de Silvia Iriondo con Quique Sinesi, Carmina Burana en el Colón, Peter Gabriel y una entrada que llegó desde el sur y que fue un presente increíble… También escuchamos a Tata Cedrón por primera vez y un gran concierto de Hugo Fattoruso y Hernán Jacinto a dos pianos.
Por otro lado hicimos varios conciertos. Compartir con Mono Fontana es un regalo de la vida y en este momento me pega mas, me llega con total alegría.
El Mono es único, no hay nadie en este mundo que componga así, que tenga esa mirada, originalidad y corazón musical. Derriba todas las amenazas que suelen aparecerse durante el embarazo. Cierra el círculo de la compañía.
En un rato seguiré escribiendo y cantando nuevas canciones en las que trabajo. Son canciones que escribo para el bebé. Salieron así, solas y quiero registrarlas para recordar cómo era…también me gustaría fotografiarme pero pasan los días y no lo hago. El sonido se lleva todo.
Pienso en canciones para niños. Pienso en niños y niñas que conozco y forman parte de mi alma. Vuelvo a Spinetta. Vuelvo a su Plegaria para un niño dormido. Vuelvo a mí.
Las escaleras me separan de la guitarra y el cuaderno pentagramado. Quizá llegué a la guitarra por Spinetta…nunca lo pensé pero es posible, su imagen sentado solo cantando Umbral es inolvidable.
Hoy, un domingo más transcurrirá y yo, desde aquí mirando el cielo y escuchando “Umbral “y “Ella también”. Eternamente agradecida.