www.florenciaruiz.com.ar

martes, 7 de agosto de 2012

Ring

Ese sonido me hace caer en el túnel del tiempo, vuelvo a un momento de mi vida o de mis vidas pasadas de un salto. Me veo hablándole al aire y corriendo con mis zapatillas adoradas pisando las baldosas  de la casa de mi abuela en Villa Luzuriaga y atrás la risa de ella, feliz por mi compañía y amor. Mi abuela era una señora gordita, siempre con delantal de cocina y brazos tibios para acunarte.
El teléfono sigue conservando para mí una magia especial.  Varias veces escuché decir que ya nadie llama al número de línea y no puedo creer que así sea.
La necesidad cambia. Cambia el mundo. Y  es cierto que tiene algo de antiguo llamar o esperar un llamado  pero a mí ¡me encanta!
Hablar mirándose a los ojos es hermoso, penoso, doloroso y todo al mismo tiempo  por eso muchas veces prefiero el teléfono. Y funciona como ring también.
Hoy llamó la vecina para saber cómo estamos y para decir que nos quiere mucho y me cambió la tarde. Vive justo enfrente pero no importa, llamó.

Después de años de desearlo finalmente entré a estudiar al conservatorio.  Yo tenía 16 años  y muchas ganas de aprender y de ser música. Y podría dejarlo todo para cumplir mi objetivo.
La primera clase aun está entre mis recuerdos más lindos. Cursar por la noche en un nuevo lugar con personas de distintas edades y orígenes fue muy estimulante y esta nueva actividad y estas nuevas compañías modificaron en mis muchas cosas, me hicieron bien.  A partir de ese momento dedicaría mis días al estudio y a la música. ¿Qué otra cosa mejor podría hacer?
Recuerdo esa clase con detalle, incluyendo caras y “ondas”. 
A modo de presentación debíamos improvisar a partir de un tema que nos daba la profesora y resultó que a un grupo le tocó  “llamada telefónica”. Ellos, golpeando sobre los bancos e intentando rapear armaron una rima bien graciosa sobre un ostinato que aun hoy suelo cantarle a Julián para hacerlo sonreír –llamada telefónica- llamada telefónica- y así se construía la obra. Me deslumbró ese encuentro con gente que buscaba lo mismo que yo o parecido. Mi necesidad de componer y de hacer sonar mi música era muy grande, bien ligado al “si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”. Y por suerte hoy estoy más cerca del; ya me estoy volviendo canción…
El muchacho que llevaba la batuta del rap era un músico callejero que finalmente no duró nada en la educación formal. Aun recuerdo sus manos sobre la guitarra dibujando acordes bien jazzeros y respondiendo preguntas de los compañeros inexpertos.
Los grupos de conservatorio suelen ser bien eclécticos e inestables. Allí conocí a varios amigos que aún conservo y a otros que marcaron mi música para siempre.

Ayer tarde sonó el teléfono, era un hombre buscando a Maribel. Casi le digo:- Maribel se durmió señor -pero fue imposible. Su ansiedad y nerviosismo transformaron mi noche completamente. De repente me encontré en el cuerpo de Maribel.
¿No estoy hablando con Buenos Aires?-repetía el señor alzando la voz- ¿Es esto Buenos Aires? -insistía- Allí vive Maribel afirmó-Y así me enredé en una maraña de historias que me devolvieron al teléfono y mis otras vidas:
Las tardes en casa de mi amiga Mariana haciendo alguna broma telefónica a compañeros de la primaria. La espera de alguna palabra de aliento,  invitaciones,  preguntas sin respuestas y las tristezas oídas. El encuentro con Minimal y su propuesta de componer juntos canciones que finalmente dieron como resultado el amado “Ese impulso superior”. El reencuentro con viejas amigas a partir del nacimiento de mi hijo y sus consejos, sugerencias y compañía que me ayudaron a luchar con la soledad que tengo.
Muchas veces sonó el teléfono y espero que siga sonando. Es una música que quiero tener y tejer y  siempre desde la esperanza. Y hacia la esperanza.

4 comentarios:

  1. Además es un ruido tan hermoso. Cuando era chico me quedaba mirando los teléfonos de disco y me parecía fantástico que dando cierta cantidad de vueltas a eso del otro lado alguien hable.

    ResponderEliminar
  2. ¡si! en casa de mi abuela el aparato de teléfono tenia un disco súper liviano y la forma era lo mas!
    Aun no comprendo bien como es que suena y del otro lado atienden o atendemos...pero ese es otro tema!
    ¡cariños Julián!

    ResponderEliminar
  3. Recordè cuando con mis amigas haciamos teleconferencia de a 3 para decidir dònde ìbamos y què nos ponìamos... Ahora en mi casa sòlo hace ring cuando me llaman de alguna encuesta molesta. Se extraña ciertas voces despues del ring.
    Es la primera vez que te leo, y sè que no serà la ùltima. Sòlo sabìa escucharte =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola Lali

      ¡teleconferencia! No recordaba ese servicio, nunca lo tuve y debe haber sido lindo usarlo con amigas y mas para salir, que buena onda.
      gracias por escribir y por leer.
      cariños

      Eliminar